lunes, 17 de mayo de 2010

Jornadas Alternativas.Conferencia de Carlos Taibo


Jornadas Alternativas

OTRA AGRICULTURA, OTRA EXTREMADURA, OTRA EUROPA

Mayo/Junio 2010


PRESENTACIÓN DE LAS JORNADAS


Conferencia de Carlos Taibo

en Mérida, Sábado 22 de mayo a las 18:30.


El próximo sábado 22 de mayo, el profesor Carlos Taibo de la Universidad Autónoma de Madrid, dará una conferencia sobre el decrecimiento, en el Centro Cultural La Alcazaba de Mérida a partir de la 18:30. Le acompañará como ponente Jose Manuel Benítez, miembro de Vía Campesina y del sindicato COAG.



El acto se enmarca dentro de las Jornadas Alternativas frente a la reunión de los ministros de agricultura de la Unión Europea, que han sido convocadas por más de 40 organizaciones extremeñas, entre asociaciones ciudadanas, grupos ecologistas, asociaciones de consumo responsable, sindicatos agrarios, ONG’s y partidos políticos, bajo el lema ‘Otra agricultura, otra Extremadura, otra Europa’. La reunión de ministros europeos se enmarca en las actividades del semestre de Presidencia española de la UE y tratará de la reforma de la PCA (Política Agraria Comunitaria).

Carlos Taibo es un firme partidario del movimiento antiglogalización, que disertará en el foro extremeño sobre las ‘teorías del decrecimiento’, afirmando la necesidad de cambiar el modelo productivo capitalista fundado en el crecimiento permanente de la economía. Para citar sus propias palabras: En primer lugar, el crecimiento económico no genera - o no genera necesariamente - cohesión social. En segundo lugar, produce agresiones medioambientales que en muchos casos son, literalmente, irreversibles. En tercer término, provoca el agotamiento de los recursos que no van a estar a disposición de las generaciones venideras. En cuarto y último lugar, el crecimiento económico facilita el asentamiento de lo que más de uno ha llamado el "modo de vida esclavo", que nos hace pensar que seremos más felices cuantas más horas trabajemos, más dinero ganemos, y sobre todo, más bienes acertemos a consumir.

Al acto asistirá también Jose Manuel Benítez, responsable de Agricultura Ecológica de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), en representación de la Coordinadora Europea “La Vía Campesina”, organización que también es convocante de las jornadas ‘Otra agricultura, otra Extremadura, otra Europa’. La Via Campesina es una organización internacional de agricultores, campesinos e indígenas, compuesta por más de 300 organizaciones de 54 países y cuatro continentes. Esta organización trabaja en todo el mundo, y también en Europa, por los derechos del campesinado y de los y las consumidores/as por un sistema agroalimentario basado en la Soberanía Alimentaria, esto es, en el derecho de los pueblos a decidir qué, como y quién debe producir los alimentos. Y por lo tanto, contra la globalización agroalimentaria y sus impactos: hambre, migraciones masivas y degradación ambiental sin precedentes.

Carta a los Ministros de Agricultura de la UE. Cumbre de Mérida, 29,30 y 31 de Mayo.

Muy sr. mío,

Hace 6 años miles de ciudadanos extremeños creamos la Plataforma Ciudadana “Refinería No” (P.C.R.N.) con el objetivo de oponernos -por numerosos motivos- a la instalación de una Refinería de petróleo en la comarca “Tierra de Barros” provincia de Badajoz, Comunidad Autónoma de Extremadura (España). Dicha instalación estaría situada a 45 km. de Mérida (Ciudad Patrimonio de la Humanidad).

La P.C.R.N. está totalmente de acuerdo con los Principios para las Políticas Públicas en Alimentación y Agricultura y líneas directrices de Orientación Estratégica para los trabajos a emprender por la OCDE en el futuro, que se han acordado en la Reunión Ministerial del Comité de Agricultura del 25-26 de febrero de 2010. La P.C.R.N. defiende activamente todos esos Principios desarrollados en ese Comunicado de los Ministros de Agricultura de la OCDE.

La CONSTITUCIÓN EUROPEA nos dice en su artículo III-223: preservar , proteger y mejorar la calidad del medio ambiente, proteger la salud de las personas; utilizar los recursos naturales de forma prudente y racional; y promover medidas a escala internacional destinadas a hacer frente a los problemas regionales o mundiales del medio ambiente”. Del mismo modo, la CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA ampara el derecho de todos “a disfrutar de un medio ambiente adecuado para el desarrollo de la persona, así como el deber de conservarlo”.

Estamos totalmente en contra de la posible instalación, principalmente por los siguientes motivos:

§ La refinería de petróleo afectaría negativamente la imagen, calidad, competitividad y comercialización de los productos agroalimentarios de nuestra comarca, principalmente vitivinícolas, oleícolas y ganaderos, destruyéndose miles de puestos de trabajo de este sector primario. Nuestro entorno natural es ajeno a estas petroquímicas. El deterioro medioambiental que se originaría sería progresivo e irreversible. La Denominación de Origen “Ribera del Guadiana”, que ha obtenido prestigiosos premios nacionales e internacionales, quedaría dañada tanto en su producción como en su comercialización (“Tierra de Barros” produce aproximadamente el 80% del vino y 60% del aceite de toda Extremadura). Los productos ecológicos, actualmente en alza, dejarían de existir.

§ La Organización Mundial de la Salud nos dice: Se puede afirmar que pese a los avances al respecto llevados a cabo a nivel internacional no existe tecnología capaz de evitar en una REFINERÍA la emisiones significativas de contaminantes peligrosos en el aire”. Estudios realizados donde hay refinerías e industrias afines nos demuestran que han aumentado los casos de cáncer, alergias y asma, afectando principalmente a niños, ancianos y mujeres embarazadas.

§ La instalación de la Refinería de petróleo incumpliría el Convenio Transfronterizo de la Albufeira (cuenca del Guadiana compartida entre España y Portugal, el Convenio de Spoo (evaluación del impacto ambiental transfronterizo), el Convenio de Ospar (cesación de vertidos y emisiones de sustancias peligrosas), el Convenio sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes (Sustancias Tóxicas especialmente perjudiciales para la Salud y el Medioambiente) y, además, el proceso seguido por la Junta de Extremadura vulnera el Convenio de Aarhus sobre la información y participación de la ciudadanía.

§ El oleoducto y los poliductos afectarían entre otros al Parque natural de Doñana (Reserva natural de la biosfera y Patrimonio de la Humanidad), Sierra de Aracena y Picos de Aroche, y Al Parque Natural Sierra Norte. El puerto de Huelva recibiría más de 100 petroleros adicionales cada año. Incrementándose significativamente el riesgo de accidentes y mareas negras. La Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía advierte de numerosas carencias generales significativas en el proyecto del oleoducto y poliductos: falta de concreción de las medidas correctoras, incumplimiento de requisitos legales, riesgos de accidentes y fugas de crudo, riesgo para la integridad de los sistemas litorales, repercusiones negativas en el sector turístico y sanitario, etc.

§ La futura refinería de petróleo perjudicará el turismo de la zona. El Camino de Santiago -Calzada romana- Vía de la Plata atraviesa la finca donde se pretende instalar dicha industria, quedando a escasos kilómetros de Zafra (Feria internacional ganadera y agroalimentaria más antigua de España).

§ La Agencia Portuguesa do Ambiente, dependiente del Ministerio do Ambiente, do Ordenamiento do Territorio e do Desenvolvimento Regiona, Cámaras Agrarias y empresariales de la zona de Alqueva, situada a más de 80 Km de la proyectada Refinería, emitieron varios informes que advierten de las consecuencias negativas que tendría la Refinería para Portugal. En lo que respecta a la calidad del agua, habría impactos negativos muy significativos que afectarían a la zona portuguesa, al río Guadiana y a la Laguna de Alqueva (fuente de regadío del sur del país y proyecto de zona turística muy importante para el desarrollo de Portugal), con serio riesgo para las calificaciones ecológicas y calidad de estas aguas tanto en superficie como subterráneas. Además, se producirían importantes impactos negativos en la calidad e imagen de los vinos portugueses.

§ Porque existen otras alternativas a este proyecto altamente contaminante, con mucha menos inversión y basadas en energías renovables (energía solar, eólica, biomasa, etc.) que proporcionarían muchos más puestos de trabajo, causando menos costes económicos y sociales. Un estudio realizado por la Universidad de Comillas a petición de Greenpeace nos confirma el gran potencial de Extremadura en energías renovables. Además, necesitamos industrias que potencien productos agroalimentarios derivados de la zona, principalmente vitivinícolas, oleícolas y ganaderos.

§ Porque el dinero público invertido por la OCDE durante estos años en todo tipo de inversiones agrícolas (mejora de las cooperativas, cultivos ecológicos, riego por goteo, etc.), no habría servido de nada de instalarse la refinería, ya que desaparecería el sector primario agrícola de la zona.

§ Por solidaridad, ya que las refinerías son de las industrias que más contribuyen al Cambio climático por la cantidad de emisiones de CO2 a la atmósfera, siendo los países subdesarrollados los más perjudicados. El Cambio Climático se está convirtiendo en el mayor desafío humanitario de nuestro tiempo. Con la Refinería de petróleo y tres centrales térmicas proyectadas en la zona de Mérida, se emitirían a la atmósfera aproximadamente 7.000.000 Toneladas de CO2 al año. Extremadura no ayudaría al cumplimiento de los Protocolos Internacionales y seríamos cómplices por el empeoramiento del cambio climático.

§ A todos estos motivos hay que añadir uno especialmente importante, que la posible Refinería sería de interior -entre los pueblos de Los Santos de Maimona, Villafranca de los Barros y Fuente del Maestre- ya que Extremadura, lógicamente, no posee costa. Con lo cual los efectos perjudiciales de esta industria altamente contaminante (daños a la salud, oleoducto, poliductos, aguas residuales, emisiones de gases, daños a la agricultura,…) serían aún mayores.

La Política Agrícola Comunitaria (P.A.C.) merece un respeto inapelable. Tenemos que valorar nuestros espacios rurales y preservar un marco de vida conforme a nuestro modelo de desarrollo. La P.A.C. trabaja por el bien de toda la población, por nuestra salud y por nuestros productos. Nuestro gobierno debe defender la agricultura en nuestra comarca con la convicción de que nuestra fuerza agrícola, agroalimentaria y rural, lentamente construida, es una baza fundamental para la Extremadura del hoy y del mañana. La agricultura es el sector que más puede ayudarnos a salir de la actual crisis. La agricultura no es una actividad del pasado sino una inversión de futuro. No debemos correr riesgos innecesarios en nuestra comarca por la posible instalación de una refinería y de sus industrias derivadas contaminantes.

Ante este proyecto absurdo y obsoleto de una refinería de petróleo en pleno siglo XXI, se ha provocado una fuerte ALARMA SOCIAL sin precedentes en Extremadura, donde ciudadanos sencillos han sido multados e imputados ante los juzgados por ejercer el derecho a una protesta social con acciones totalmente legales.

Sin más que comunicarle, y aunque sabemos de las numerosas actividades que usted realiza, llenos de esperanza nos atrevemos a solicitarle su ayuda en lo que sea posible y esté en sus manos.

sábado, 15 de mayo de 2010

Esperando a los griegos




¿Qué esperamos congregados en el foro? Es a los bárbaros que hoy llegan.
Kavafis


Hace años se acabó el cuento de la globalización feliz y ahora termina la quimera del euro. La Guerra de Irak quebró las fantasías tramposas de una democracia de mercado benéfica y universal; la crisis financiera desmantela en este momento el castillo de naipes de la unión monetaria europea.

Nos repitieron la fábula de un continente resumen de los valores más avanzados de la civilización: “Aquí nació la democracia, la Carta de los Derechos del Ciudadano, el Estado del Bienestar”... Y en su levitación europeísta se olvidaron de decirnos que en esa tierra de promisión también nació el esclavismo, la Inquisición, el colonialismo o el fascismo.



Si se veían muy apurados nos relataban esa historia tan tierna de Europa como contrapeso de Estados Unidos, del capitalismo productivo y bueno frente al capitalismo especulativo y malo, del modelo social europeo frente al darwinismo norteamericano. Hasta los mandamases de la izquierda repitieron como papagayos el mismo guión autocomplaciente.

Ahora la crisis arrambla con la fachada fraudulenta. La Europa del Capital y de la Guerra presenta su auténtica faz. Tras el escaparate de los Erasmus y Comenius, Bolonia anticipa la universidad clasista; tras la patraña del discurso intercultural, la represión carcelaria de los centros de internamiento de inmigrantes; tras el fetichismo de la moneda única, el euro-yugo, el dogal hunde-pueblos.

Al principio de la crisis cundió el desconcierto en los consejos de administración y en los palacios. Sonaron de nuevo grandes palabras: nacionalización, refundación del capitalismo, revuelta social. Parecía intuirse el fin del letargo, el retorno del antagonista dormido. Vana ilusión. Tras el susto, los poderes económicos y políticos volvieron a la ofensiva de clase, moviendo las fichas de más calado.

El capital demostró, una vez más, su doble condición experta de traficante de sueños y gestor de las crisis. Traficante de deseos, de expectativas, de pulsiones de consumo, pero también hábil administrador de los bruscos despertares. Las burbujas económicas –ya sea inmobiliaria, tecnológica, petrolera o alimentaria- no son un exceso del sistema, sino su condición de existencia; pero las crisis son también consustanciales al capitalismo. Burbuja y crisis, especulación y crisis, constituyen la sístole y la diástole imprescindibles de la Bestia. A esa alternancia corrosiva, los cantores del capitalismo le llaman, con ínfulas de imposible poesía,“destrucción creativa”.

Necesitan destruir, purgar, limpiar la economía (Solbes dixit). Requieren hundir países y desmantelar derechos para recuperar las tasas de ganancia. Precisan eliminar a los competidores más débiles y doblegar a las clases trabajadoras para satisfacer su bulimia de beneficio y restaurar el ciclo de la explotación. Y en esas están.

Los Mercados se convierten en la fuerza telúrica, en los nuevos hados protagonistas de la tragedia. “Hay que restablecer la confianza de los mercados”, dicen a coro los medios de comunicación,la intelectualidad, los políticos y sindicalistas. Los mercados como potencia sobrenatural por encima de los designios humanos señalan con su dedo divino quiénes son los hundidos y los salvados. Hoy el destino fatal y ciego le toca a Argentina ymañana puede cebarse con Islandia, con Grecia o con España.

Y mientras ahogan nuestro grito de angustia con el cuento del Mercado como Nueva Providencia, nos olvidamos de los mercaderes de carne y hueso, de Botín, de Florentino, de las Koplowitz, de los bancos y multinacionales terrenales para los que los gobiernos-capataces urden leyes, plusvalías y rescates a medida.

Vienen a saco. “Lo queremos todo y lo queremos ahora”: el despido barato, el salario de los empleados públicos, la jubilación a los 67, el copago sanitario, las cajas de ahorro, las oficinas de empleo, correos, la privatización de los servicios públicos… Han declarado la lucha (unilateral) de clases, mientras la población trabajadora se abraza a su ficción de clase media propietaria, adheridaal consumo y hedonismo programados, dispuesta a cualquier cosa –racismo rampante incluido- con tal de prolongar sus insensatos sueños de nuevos ricos. “Habían olvidado el tiempo de la pobreza/ y el habla de los abuelos; pero no sabían/la vileza sin fin en que vivían/ahora que eran parias de la riqueza” (Celso Emilio Ferreiro). Parias de la riqueza, rocosa clase media, esclavos de la bonanza de los últimos años y abonados a la ideología del todos contra todos y sálvese el que pueda.

Ingenuos, pensamos que la crisis sería el abreojos, la oportunidad para acabar con el encantamiento y sin embargo se adensó la ceguera y el miedo. Los que mandan han comprobado que enfrente apenas hay nada; por eso aprietan el acelerador, por eso no pararán hasta que la rabia de las gentes despierte.

Pero no las tienen todas consigo. De ahí que, compulsivamente, necesiten echar zahorra para ocultar el rastro del robo. Messi regatea magistralmente y Belén Esteban se remienda la cara o las tetas mientras los empresarios corruptores untan con trajes y caballos a los políticos corrompidos; Ronaldo encabeza las remontadas épicas y Bea la legionaria monta el pollo en el Gran Hermano, entretanto el Banco de Santander se embucha 9000 millones más de beneficios.

Llega la hora de la verdad. Han querido cobrarse la primera gran pieza en Grecia y ahora vienen a por España. Allí se han encontrado con una clase obrera y una juventud precaria dispuestas a luchar. Cuatro huelgas generales en tres meses. Y el poder no ha dudado;de nuevo hemos visto la sangre por las calles, de nuevo la antiquísima lección de economía política e infamia: el dinero tiene licencia para matar.

Resignación o resistencia. No hay más caminos. La primera opción pasa por replegarse otra vez al buen rollito, a la oposición consentida en cualquiera de sus formas-la izquierda sumisa y mendicante, el sindicalismo corporativo y parasitario, el posmodernismo evasivo y subvencionado-. La segunda alternativa pasa, en lo inmediato, por la huelga general y por la paciente construcción de un sólido movimiento anticapitalista.

En Mérida, del 29 de mayo al 2 de junio, con motivo de la reunión de ministros de agricultura de la Unión Europea, desde la modestia periférica de nuestras fuerzas, tenemos una oportunidad para contribuir a edificar esa resistencia social contra la barbarie del capital.

lunes, 10 de mayo de 2010

Soberanía alimentaria y agricultura ecológica

Miguel Manzanera Salavert
Miguel Manzanera Salavert


A finales de mayo y principios de junio se celebrará en la ciudad de Mérida, capital autonómica de Extremadura, la cumbre de ministros de agricultura de la Unión Europea. Diversas organizaciones de trabajadores y asociaciones ciudadanas preparan unas jornadas alternativas para denunciar la catástrofe económica y social del capitalismo internacional, en el terreno agrícola.
  • Descripción de una realidad caótica.

La coyuntura histórica en la que nos encontramos los seres humanos a principios del tercer milenio de nuestra era, puede ser calificada de dramática: la sociedad industrial se encuentra en una situación caótica.

Más allá de la actual crisis financiera, que se puede resolver mejor o peor como otras crisis anteriores, podríamos hablar de una profunda crisis de civilización, por dos motivos: porque la evolución económica y social se encuentra fuera de control y porque además existen riesgos muy importantes por la grave destrucción medioambiental. Ese caos se puede mostrar a través de dos parámetros de nuestras sociedades actuales: 1) un alto grado de desigualdad en el acceso a los bienes producidos; y 2) la destrucción imparable de las riquezas naturales del planeta tierra.

Informe del PNUD – 2005 (Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo).

Respecto de lo primero basta recordar algunas cifras que nos ofrece el Informe sobre Desarrollo Humano del PNUD:

-827 millones de personas viven en extrema pobreza con menos de 1 $ diario.

-2.500 millones, el 40% más pobre de la población mundial vive con menos de 2$ al día, representando el 5% del ingreso mundial.

    -más de 1.000 millones carecen de agua potable y 2.600 millones de saneamiento.

    -hay 18 millones de muertes infantiles al año y 115 millones de niños están sin escuela. Muchos de esos niños se dedican a trabajar en condiciones de sobrexplotación.

El Informe de 2006, sobre el problema del agua, dice “un mundo de riquezas sin precedentes, casi 2 millones de niños mueren cada día por no tener un vaso con agua limpia ni servicios de saneamiento adecuados. Millones de mujeres adultas y jóvenes son obligadas a pasar horas juntando y transportando agua, lo que restringe sus oportunidades y elecciones. Y las enfermedades infecciosas transmitidas por el agua están refrenando la reducción de la pobreza y el crecimiento económico en algunos de los países más pobres del mundo”.

Eso sucede en un mundo, donde existe un enorme despilfarro de recursos escasos por parte de los países más desarrollados, cuyos ciudadanos viven opulentamente. La concentración de la riqueza es tal que se calcula que la suma de las 500 fortunas más grandes equivaldría a los ingresos de 500 millones de pobres. Para afrontar esa situación inaceptable, la ONU promovió el Pacto de Desarrollo del Milenio. Pero en los años transcurridos desde esa fecha, los resultados obtenidos han sido insuficientes, según el informe del PNUD en el 2005. Al menos 50 países han retrocedido en al menos uno de los objetivos (900 millones de personas). Otros 65 países con 1200 millones de personas, no cumplirán al menos uno de los objetivos hasta pasado el 2040. Respecto al descenso en la mortalidad infantil, se lleva un retraso de 30 años en el cumplimiento del Objetivo propuesto, y 47 millones de niños carecen del derecho universal a una educación primaria, etc. La conclusión del informe del PNUD 2005 es que la mejora del IDH (Índice de Desarrollo Humano) es demasiado lento. Los Objetivos del Milenio pueden ser realizados, pero las actuales tendencias no nos llevan a ello.

Entre los problemas que encuentra el PNUD a la hora de realizar su programa de desarrollo equilibrado y justo, está la mala organización de los países pobres, pero también de manera importante las políticas de los países ricos. Entre 5.000 y 7.000 millones de $US de la ayuda a los países pobres está condicionada a la compra de bienes y servicios en los países donantes. No sirven para generar desarrollo, sino para generar dependencia económica e industrial. Por otro lado, los productos de los países pobres tienen que enfrentar aranceles altos de los países ricos que protegen su economía, pero que no dejan que los pobres también lo hagan. Además los subsidios a la agricultura en los países ricos genera un efecto de dumping (competencia desleal, bajando los precios de los productos) que arruina la agricultura de los países más pobres. Se calcula una pérdida de 72.000 millones de $US, que es equivalente a toda la ayuda oficial al desarrollo, por los efectos económicos perversos que provocan los subsidios agrícolas y el proteccionismo.

2. Problemas ecológicos (destrucción del medio ambiente sano, desaparición de especies vivas, agotamiento de recursos).

La otra cara de la crisis de civilización es la destrucción del medio ambiente, causada por la forma de vida de los países desarrollados y su modo de producir los bienes que satisfacen esa forma de vida. El derroche de recursos escasos del planeta supone un grave deterioro de las posibilidades de futuro para la especie humana. Ese derroche es evidente en el agotamiento de los combustibles fósiles, los minerales y materias primas en general, incluidas las especies vivas.

El Informe sobre Desarrollo Humano 2007/2008 muestra que el cambio climático no es sólo un panorama futuro. La mayor exposición a las sequías, las inundaciones y las tormentas ya están minando las oportunidades y profundizando las desigualdades. Mientras tanto, la abrumadora evidencia científica actual indica que el mundo se está moviendo hacia un punto en el que una irreversible catástrofe ecológica se torna inevitable. La situación corriente del cambio climático nos conduce en una sola dirección: regresión del desarrollo humano sin precedentes y graves riesgos para nuestros hijos y sus descendientes.

Se conoce por ‘tecnoesfera’ al conjunto de fuerzas productivas creadas por la humanidad: infraestructuras, tecnología, población, conocimientos, etc. Esa tecnoesfera está oprimiendo a la biosfera, el conjunto de los seres vivos, y amenaza con destruirla. Uno de los problemas principales es el diseño agresivo de nuestra tecnología que utiliza las riquezas de la naturaleza, sin tener en cuenta sus límites naturales y generando una enorme cantidad de residuos que envenenan y deterioran el medio ambiente (agua, aire y tierra). El Informe Planeta Vivo 2008 de ADENA/WWF nos dice que la demanda de la humanidad excede en cerca de un 30% la capacidad regeneradora del planeta, por lo que estamos destruyendo el capital natural en lugar de utilizar tan sólo los intereses, que sería lo sostenible.

Nuestros actuales sistemas productivos son insostenibles: millones de toneladas de material tóxico se lanzan anualmente al medio ambiente, se producen materiales peligrosos que requerirán vigilancia constante por las generaciones futuras, se producen montañas gigantescas de desperdicios, se entierran materiales valiosos en agujeros haciéndose irrecuperables, se erosiona gravemente la diversidad de especies biológicas y las prácticas culturales. Para evitar el envenenamiento de los ecosistemas se requieren miles de normas complejas, que luego ni la gente ni las instituciones son capaces de cumplir. Lo cierto es que muchos datos confirman que estamos al borde de un colapso ecológico de imprevisibles consecuencias, y no somos capaces de poner los medios adecuados para resolver ese problema, como muestra el problema del cambio climático.

3. Calidad de la vida y alimentación

La agricultura industrial está desarrollando en la actualidad un modelo económico que se basa en la propiedad de grandes extensiones de tierra por parte de las compañías transnacionales de producción de alimentos y su cultivo intensivo para la exportación en el comercio mundial. En decenas de países de América, África y Asia, la tierra ha sido expropiada a los pequeños campesinos, muchas veces de forma fraudulenta negando los derechos de propiedad ancestral a comunidades humanas asentadas en esos territorios desde tiempos inmemoriales. En ocasiones esas compañías aducen la deuda externa y las obligaciones financieras de los estados, como motivo para acceder a los títulos de propiedad de la tierra. Lo que es evidentemente una trampa legal para expropiar a las comunidades campesinas de sus derechos.

Puede parecer que esa industrialización de la agricultura a gran escala es necesaria para alimentar a los más de 6.500 millones de seres humanos que vivimos hoy en el planeta Tierra. Pero ya hemos visto cómo los actuales datos del Informe del PNUD 2005 no son optimistas sobre la resolución de ese problema. La ruina de los pequeños productores campesinos y la creación de una agricultura para la exportación basada en el latifundio no es la solución del problema, sino parte del problema. Los efectos perversos de la organización capitalista de la economía impiden que sirva para satisfacer la demanda de alimentos sanos, pues crean por una parte una escasez creciente para los países pobres y una abundancia irresponsable en los países ricos.

También desde el punto de vista ecológico el desarrollo de una agricultura de ese estilo parece un problema importante. La producción agrícola en forma de monocultivo acaba con la diversidad de especies y variedades de plantas y animales, al interesarse sólo por la producción en gran escala de una sola variedad de cultivo, con determinada propiedades consideradas óptimas según un criterio de rentabilidad económica. Esa pérdida de la biodiversidad puede ser catastrófica para la vida. Además la utilización de OMG (Organismos Modificados Genéticamente) es un peligro potencial para la calidad del medio ambiente. Se ha comprobado que los genes modificados quedan libres pudiendo ser absorbidos por otros organismo vivos con consecuencias imprevisibles. Ya hace siete años una campaña contra los OMG alertó sobre la posibilidad de que los alimentos que contienen productos derivados de los OMG fueran origen de enfermedades como el cáncer.

Las tierras pierden la fertilidad y se erosionan por el cultivo intensivo y la destrucción de los ecosistemas. Los productos utilizados para incrementar los rendimientos agrícolas, insecticidas, funguicidas, herbicidas, abonos y fertilizantes, contaminan los alimentos y el agua potable, acabando por incorporarse a la cadena trófica con riesgos importantes para la salud de los animales y seres humanos.

Las comunidades campesinas expulsadas de sus tierras acaban en las ciudades y en la emigración; los que trabajan para los terratenientes se ven enfrentados a graves condiciones de explotación: largas jornadas de trabajo, exposición a productos peligrosos, bajos salarios, etc.

Y como colofón eso repercute también en la salud de los afortunados consumidores del mundo rico, pues la calidad de los alimentos se deteriora, como demuestran los casos de las vacas locas, los pollos con dioxinas, el envenenamiento del agua corriente, el peligro de los trasgénicos, etc. Consumimos comida basura que la publicidad nos presenta como deseable. Los mecanismos de competición llevan al fraude presentándonos productos de baja calidad producidos a gran escala, como si fueran los productos artesanales que se consumían hace unos años. Y con los mismos precios. El caso del café es claro en ese sentido, pues ha desaparecido la producción de café de la variedad arábiga, sustituido por la variedad robusta de menor calidad, y los cultivos en sombra dentro de los bosques tropicales por cultivos al sol en plantaciones de latifundio.

En resumen el libre comercio y la producción agraria para la exportación sólo beneficia a las grandes empresas transnacionales y está erosionando la calidad de vida de la poblaciones humanas, no sólo entre los países menos desarrollados sino también en los desarrollados. Esa política agrícola se enmarca dentro de la ideología neoliberal y la políticas económicas impulsadas desde los centros de poder mundial.

4. La soberanía alimentaria como parte de la alternativa democrática.

Dentro del capitalismo, la vida rural ha jugado siempre un papel secundario y subordinado, pero en un mundo ecológicamente equilibrado, en paz con la vida y la naturaleza, las pequeñas ciudades y pueblos deberán jugar el papel clave. De nuevo es justo lo contrario de lo que sucede. Las grandes megaurbes que se desarrollan actualmente son ecológicamente insostenibles, por el enorme insumo de recursos y la cantidad desperdicios que generan; además son problemáticas desde el punto vista social y humano, por los fenómenos de anomía y desintegración de la persona que en ellas se produce. La sociedad de masas que se desarrolla a nivel planetario, expandiéndose desde las grandes ciudades, no podrá resolver los problemas actuales de la humanidad que requieren una actitud consciente y responsable.

La concentración de la propiedad de la tierra en todos los países del mundo, conduce a la expulsión de las poblaciones rurales, con fenómenos migratorios masivos e imparables. La dificultad en el acceso de los campesinos a la tierra productiva se ve acompañada por una degradación acelerada del medio ambiente y un aumento de las desigualdades y desequilibrios económicos. En efecto, la concentración de la propiedad rural es debida a los grandes latifundios en manos de las compañías trasnacionales que se dedican a la producción de alimentos para el mercado mundial. Se trata de la industrialización de la agricultura a gran escala. Esto tiene los siguiente efectos:

-reduce la variedad de productos cultivados sustituidos por el monocultivo de especies y variedad seleccionadas por su productividad, sin tener en cuenta en múltiples ocasiones la calidad de los productos.

-se utilizan técnicas de producción peligrosas para el medio ambiente, como fertilizantes químicos, insecticidas, desfoliantes y organismos modificados genéticamente (transgénicos).

-los trabajadores asalariados sufren penosas condiciones de trabajo, con bajos sueldos, precariedad, temporalidad, etc., además de estar expuestos a productos químicos altamente contaminados que lesionan el organismo.

-el mercado cae bajo el control de grandes empresas en régimen de monopolio u oligopolio, eliminándose las posibles ventajas derivadas de la competencia.

Es por eso, que mucha gente piensa que la organización capitalista de la producción industrial y agraria es responsable de la situación caótica en la que estamos viviendo. Y en una situación de destrucción medioambiental tan grave como la que está provocando la humanidad de principios de este milenio, se hace necesaria la reconstrucción de unas relaciones de equilibrio entre el ser humano y la naturaleza. El cambio cultural y filosófico tiene que venir acompañado de nuevas relaciones económicas que descentralicen la producción y promuevan la autosuficiencia en todos los terrenos: agrícola, energético, industrial, etc.

Por eso hay que promover la reforma agraria que permita acceder a los pequeños agricultores al cultivo de la tierra. Eso es todo lo contrario de lo que se está haciendo actualmente siguiendo las normativas de las instituciones mundiales que controlan el desarrollo económico, empujando hacia un modelo neoliberal de las relaciones económicas.

5. Nuevas instituciones y formas de lucha (vía campesina).

Via Campesina es una organización mundial de pequeños agricultores que luchan contra la organización neoliberal de la economía y la agricultura, basada en las grandes empresas transnacionales. Sesenta organizaciones de América, Asia y Europa, forman parte de ese movimiento campesino, que está luchando contra las políticas económicas internacionales. Su programa político se organiza alrededor de la idea de que hace falta una reforma agraria, basada en los siguientes principios:

-la tierra debe considerarse un bien común al servicio de la sociedad: la propiedad social de la tierra impide la especulación financiera.

-el estado distribuye la tierra entre pequeños agricultores y cooperativas, garantizando unos precios remunerativos, el control de la comercialización y los créditos y seguros agrarios.

-acceso a la educación y la seguridad social de las poblaciones rurales.

-modelos tecnológicos que respeten el medio ambiente sano eliminando los productos contaminantes: abonos y fertilizantes nitrogenados, herbicidas, insecticidas, funguicidas, trasgénicos (OMG), etc.

-uso público del agua y lucha contra la privatización.

-ordenación racional del territorio, de las infraestructuras y los cultivos adecuados.

En la Declaración final del Foro Mundial sobre la soberanía alimentaria, realizado en el año 2001 en La Habana, se abundó sobre esas ideas: reforma agraria integral que garantice el acceso equitativo a los recursos productivos. Para ello hay que asegurar que los agricultores tengan el control directo sobre las políticas agrarias.

Al lado de esa enorme movilización campesina por la defensa de la vida rural acosada por los grandes capitales trasnacionales, aparecen diversos movimientos sociales que intentan abandonar los circuitos comerciales controlados por las grandes empresas. El objetivo es tener acceso a alimentos sanos, de los que se pueda conocer el origen y la forma en que se han producido. Hay multitud de productos que consumimos porque la publicidad nos atrae hacia ellos, sin conocer cuál es su auténtico valor de utilidad, nutritivo o económico. Nos dejamos seducir por los envoltorios llamativos, por las marcas que aparecen en los medios de comunicación, por trucos publicitarios que apelan a nuestra imaginación y nos engañan acerca de las propiedades reales de los productos que compramos. Esa publicidad engañosa nos lleva a un consumo despilfarrador de los recursos escasos del nuestra Tierra. Desgraciadamente la mentalidad de mucha gente desprecia la Tierra en la que vivimos. El consumismo está construido sobre la infelicidad de las gentes, que enraíza en las formas de vida de la sociedad actual. De ahí la necesidad de filosofía y de espíritu crítico a la que me he referido antes.

En las ciudades están apareciendo grupos y cooperativas de consumo que intentan satisfacer sus necesidades con productos ecológicos, que están dispuestos a pagar un poco más para saber que los bienes que compran cubren ciertos requisitos de salud y justicia. El criterio que promueve esa forma de consumir es que es mejor comprar un par de zapatos fabricados por un conocido que vive decentemente, que comprar unas zapatillas de una multinacional que explota niños, mujeres u hombres, pagándoles salarios miserables. Es mejor, consumir productos agrícolas certificados por determinados criterios de calidad que comprar a las grandes compañías de la agricultura industrial, la comida basura que sirven en las grandes cadenas de alimentación. Es preferible participar del comercio justo, que retribuye a los campesinos un precio adecuado, que alimentarse de productos elaborados por trabajadores esclavizados en las grandes haciendas. Etc.

Frente a la agricultura industrial en régimen de monocultivo, se propone una agricultura ecológica orientada a la alimentación de las comunidades locales y basada en los pequeños productores asociados. Esa agricultura utilizará técnicas que no dañan el medio ambiente, sino que incrementan la producción con medios naturales: combatir las plagas con sus depredadores naturales, fertilizar los campos con productos obtenidos de la descomposición de los desechos orgánicos, acercar la producción de alimentos a los consumidores, como hacen por ejemplo los huertos en las ciudades, uso de energías alternativas, etc. Esa nueva agricultura entrará dentro de un proyecto de economía social que sustituya la producción industrial de bienes mediante técnicas muy intensivas en capital, maquinaria, tecnología, etc., por una economía en la que el trabajo humano ocupe un lugar más importante. Se trata de reducir el papel del capital en la economía e incrementar el papel de los trabajadores. Para ello hacen falta profundos cambios en la mentalidad y en la organización de las sociedades contemporáneas.

viernes, 7 de mayo de 2010

Marcha contra la Europa del Capital




En esta primera quincena de mayo, diversas organizaciones críticas (CGT, Ecologistas en Acción, Baladre, ¿Quién debe a quién?…) han organizado Marchas contra el paro, la precariedad y la Europa del Capital.
Una de las marchas (Lisboa-Madrid) atraviesa diversas ciudades extremeñas.
En el caso concreto de Mérida, la marcha recorrerá durante el sábado 8 de mayo, desde las 10 de la mañana hasta las 2 del mediodía, diversas barriadas de Mérida. Saldrá a las 10 de la rotonda de la Consejería de Agricultura (Polígono Cepansa) y pasará por las barriadas de la Cruz-Campo, Polígono Nueva Ciudad, Las Abadías, La Corchera, Juan Canet, San Lázaro, Santa Isabel, La Antigua y desde allí hasta la Plaza de España, donde concluirá.
Queremos que la Marcha sea un aldabonazo en este clima de calma suicida que está acompañando a la crisis. Los responsables de la crisis no sólo se han ido de rositas , además nos están preparando una traca similar a la de Grecia (reforma laboral con extensión del despido barato, contratos de formación sin derecho a paro, más ETT, jubilación a los 67 años, copago sanitario…).
Si quieres participar en la Marcha ponte en contacto con alguna de las organizaciones o personas involucradas. Y si no puedes participar en la Marcha pero compartes sus razones, divulga esta convocatoria entre tus contactos.

sábado, 24 de abril de 2010

ANTE LAS JORNADAS DE LOS MINISTROS DE AGRICULTURA DE LA UE

“El trabajo de la tierra – agricultura, ganadería y pesca – es la fuente de la alimentación humana y factor esencial para el bienestar de los pueblos. La satisfacción de las necesidades básicas de alimentos para todos, desterrando el hambre y la malnutrición, es un derecho humano universal y uno de los objetivos del Milenio que la ONU se propuso alcanzar en el año 2.000. De una alimentación saludable depende que se pueda garantizar la calidad de vida y la conservación de las personas sin peligros ni enfermedades.”

Así comienza el “Manifiesto por una Agricultura para los pueblos”, un llamamiento que hacemos a la población extremeña para que participe en unas Jornadas Alternativas que los días 22, 29 y 30 de mayo celebraremos en Mérida ante la cumbre de ministros de agricultura de la UE, que se reunirán en la capital extremeña a finales de mayo y principios de junio.

¿Quiénes hacemos el llamamiento?. Unas organizaciones posicionadas frente a la política de la UE y convencidas del daño irreparable que causa la política agraria comunitaria a los pueblos, a Extremadura y a sus agricultores.

No es necesario ser un experto en la política agraria comunitaria para posicionarse. Veamos, por ejemplo, dos hechos que hemos tenido conocimiento reciente y han sucedido en estos días.

El primero de ellos. A primeros de este mes de marzo, la Unión Europea (UE en adelante) aprobó 5 nuevas variedades transgénicas. La patata Amflora para cultivo, el uso de su fécula como pienso y 3 variedades más de maíz para alimentación y pienso.

Detrás de todo esto está la multinacional BASF, que produce productos químicos, plásticos, derivados de hidrocarburos y componentes agrícolas.

El caso de la patata Amflora es especialmente peligroso para la salud, ya que lleva un gen marcador que le otorga resistencia a algunos antibióticos.

En el caso del maíz, se trata de 3 variedades de la empresa MOSANTO. La Organización Mundial de la Salud, la Agencia Europea del Medicamento y el Instituto Pasteur, han pedido que no se comercialicen estos genes que estaban prohibidos desde 2.004.

La UE, desde 2.005, tenía cerrada esta posibilidad, porque no había ni hay acuerdo entre los ministros de los diferentes países, pero la Comisión de la UE ha ejercido su prerrogativa a decidir cuando no hay acuerdo entre sus miembros. La realidad es que solo 4 empresas biotecnológicas controlan el 90% del mercado de los transgénicos. Los agricultores pierden el control y biodiversidad de las semillas. El control genético de la alimentación pertenece a corporaciones privadas.

¿ Como ciudadanos europeos no deberíamos exigir que nuestras instituciones se preocupen más por nuestra salud, nuestro medio ambiente y nuestro mundo rural.?

El otro hecho, que está sucediendo en estos días, es el expolio y la tremenda explotación que está ejerciendo Europa en el continente africano. Debido a una normativa europea que obliga a utilizar un 10% de biocombustible para el transporte a partir del año 2015, al gran negocio que representa la producción intensiva de alimentos de cara al cambio climático, la escasez de agua y el incremento de la población que se prevé en el futuro, se está comprando grandes extensiones de tierras por parte de empresas e inversionistas, en muchos casos hasta subvencionadas por los propios Estados.

Ya son 20 los Estados africanos que han vendido 50 millones de hectáreas de territorio africano (para hacernos una idea, algo más del doble de la extensión que supone Inglaterra). Por ejemplo Etiopía, un país en el que 13 millones de habitantes necesitan de ayuda alimentaria, ha puesto en venta en los tres últimos años tres millones de hectáreas de su tierra más fértil a países y/o individuos adinerados del mundo para que exporten alimentos a sus países ricos a precio barato.

Como es lógico, los compradores de tierra afirman que generan puestos de trabajo en la zona. Cuando la realidad es que los campesinos africanos se ven privados de su forma de vida y sustento, siendo forzados por ello a abandonar sus territorios y emigrar a ciudades u otros países, generándose grandes bolsas de pobreza periurbana. Sus tierras, mientras tanto, se convierten en enormes plantaciones cuyos amos son empresas extranjeras. Dicho en román paladino: Europa, con la ayuda de los impuestos que pagamos y sin ningún tipo de rubor, se ha lanzado a una gran operación de recolonización de África.

Como decía, no hay que ser experto en política agraria comunitaria para estar absolutamente enfrentado con estos dos hechos, entre otros muchos, que, de otro lado, son de conocimiento público porque han sido publicados y divulgados por los medios de comunicación.

Para finalizar creo que se puede ver parte de la verdad y no reconocerla, pero es imposible contemplar el mal y no reconocerlo, por ello hemos de juramentarnos para no ser nunca más cómplices de Calígula cuando quiera nombrar procónsul a su caballo. Por eso convocamos a todos los ciudadanos y ciudadanas extremeños a participar en estas jornadas los días 22, 29 y 30 de mayo, para informarnos y expresar con rotundidad nuestro rechazo a medidas que provocan estas consecuencias, con nuestro apoyo o silencio NO.


Alejandro Nogales

Representante de IU en la coordinación de las

Jornadas por Otra Agricultura, Otra Extremadura, Otra Europa.

jueves, 1 de abril de 2010

OTRA AGRICULTURA, OTRA EXTREMADURA, OTRA EUROPA

Llamamiento a las Jornadas Alternativas frente a la reunión de Ministros de Agricultura de la UE en Mérida (mayo-junio 2010)

La agricultura: una cuestión que incumbe a toda la sociedad

El trabajo de la tierra -la agricultura, la ganadería y la pesca-, es la fuente de la alimentación humana y un factor esencial para el bienestar de los pueblos y las naciones. La satisfacción de las necesidades básicas de alimentos para las poblaciones humanas, desterrando el hambre y la malnutrición, es un derecho humano universal y uno de los Objetivos del Milenio, que la ONU se propuso alcanzar en el año 2000. De una alimentación saludable depende también que se pueda garantizar la calidad de vida y la conservación de las personas sin peligros ni enfermedades.
Además, la agricultura constituye el entramado fundamental de las relaciones de la humanidad con la naturaleza terrestre: las labores campesinas son en su conjunto la relación más básica entre el ser humano y la naturaleza viva. El ecosistema en el que los seres humanos nos insertamos, ha sido producido por las labores agrícolas después del trabajo de incontables generaciones y miles de años sobre el paisaje de la Tierra. De ahí la enorme responsabilidad a la hora de afrontar la producción agrícola, por parte de trabajadores y trabajadoras del campo que producen los alimentos, de los gobiernos que regulan la producción, y de la ciudadanía que consume esos productos.
El actual sistema de producción industrial, bajo el régimen de capitalismo especulativo globalizado, está dominado por grandes transnacionales de la alimentación; éstas han forzado la liberalización de los intercambios comerciales a nivel mundial, con desastrosas consecuencias para los ecosistemas naturales, sin conseguir alimentar adecuadamente a miles de millones de personas en los países empobrecidos.
Por eso, con motivo de la reunión de los Ministros de Agricultura de la UE (Unión Europea), que celebrará para debatir sobre la futura reforma de la PAC (Política Agraria Comunitaria), un conjunto de ciudadan@s y asociaciones ciudadanas en Extremadura, el Estado Español y ña Unión Europea apelamos a la conciencia de la humanidad sobre los enormes problemas planteados por la organización de la economía capitalista, respecto de la alimentación humana y de nuestra relación con la naturaleza, y queremos manifestar nuestra preocupación por el estado actual de la agricultura, reflexionando sobre las siguiente cuestiones:

El sistema agroalimentario industrial y global genera miseria y degradación ambiental
1. La producción de alimentos:
La agricultura de nuestros días se realiza en el marco del sistema político neoliberal, en el que unas cuantas grandes empresas transnacionales controlan la mayor parte de la cadena agroalimentaria en el mundo, desde los insumos para la producción hasta que llega a los hogares.
1. Las grandes empresas, que producen o distribuyen la mayoría de los alimentos comercializados en el mundo, mantienen el control de la producción agrícola, bien directamente mediante la posesión de grandes latifundios dedicados al monocultivo, o bien condicionando a los campesinos propietarios a través de la venta de semillas, fertilizantes y abonos, o a través de los medios para el control de plagas, o mediante las redes de comercialización, etc.
La PAC impulsa ese modelo de agricultura industrial especulativo, que concentra la producción generando un uso intensivo de los recursos naturales y es un modelo insostenible por su gran impacto ambiental y territorial. Las ayudas agrícolas deberían estar condicionadas a las prácticas ambientales de agricultores y ganaderos, y no a la promoción del modelo industrial destructor de los ecosistemas naturales.

2. El interés de esas grandes empresas no estriba en alimentar a la población o cuidar el medio ambiente, sino en incrementar sus beneficios, por lo que esa situación tiene varias consecuencias nocivas:

-pérdida de calidad de la alimentación y de los alimentos, que dejan de ser frescos.
-deterioro del medio ambiente por una agricultura agresiva en busca de competitividad (insecticidas, abonos, transgénicos, etc.)
-enormes gastos de transporte que se pueden permitir por los precios baratos de los combustibles fósiles.
-malas condiciones de vida y maltrato de los animales domésticos.
-monocultivos que conllevan la pérdida de la biodiversidad.
-peores condiciones para los trabajadores agrícolas y pérdida de la soberanía alimentaria de los pueblos.

En definitiva, al ofrecer a las multinaciones agroexportadoras el control de la alimentación, la Unión Europea está sacrificando la agricultura familiar sostenible y la garantía de una alimentación sana, diversa y segura. Se abandona el modelo social de agricultura, que garantiza la gestión sostenible del territorio, la sostenibilidad y la economía rural. Por el contrario, la PAC debe priorizar el comercio regional y local, y proporcionar apoyo a las redes de procesado de los alimentos en los lugares de origen. A eso se debe añadir la crisis alimentaria del último año y medio, originada por el aumento de los precios agrícolas, debido en buena medida a la especulación, y frente a la cual la UE no tiene una política coherente.

2. La distribución.

El control cada vez más exahustivo de los mecanismos económicos por las grandes empresas, se manifiesta en la comercialización a través de grandes cadenas de distribución que dominan el mercado de la alimentación, extrayendo grandes beneficios económicos que apenas llegan a los productores directos que trabajan en el campo. El proceso de formación de los precios alimenticios carece de transparencia, de modo que los consumidores pagan un precio excesivo, muy alejado del precio que reciben los productores, el cual en muchos casos no les llega para cubrir los costes de producción.

1. Esa organización de la producción es una manera de transferir rentas desde el sector agrario al sector financiero a través de las redes comerciales. Y como consecuencia se produce:
-el empobrecimiento de las economías campesinas, su decadencia cultural y su dependencia respecto de las ciudades. En los países más desarrollados esa situación se compensa por las subvenciones al campo, lo que permite planificar la producción agrícola por la administración europea, en dependencia de los intereses de las grandes empresas.
-la emigración del campo a la ciudad se está intensificando en las últimas décadas de manera notable. El número de trabajadores del campo en el Estado español sigue desde hace tiempo una tendencia a la baja, dejándonos hoy en día en un 4%. El declive de la agricultura en muchas zonas rurales alejadas de los ejes económicos ha supuesto el abandono de numerosos pueblos y comarcas cada vez más despobladas.
- Se hace necesario que la Administración actúe con el objetivo de erradicar la especulación de los mercados agroalimentarios, eliminando las prácticas fraudulentas evidentes. Se debe desarrollar la capacidad legislativa del Estado para garantizar los productos de primera necesidad, fijando precios y márgenes de comercialización máximos.

2. Se desarrolla una comercialización a larga distancia que conlleva una industria de conservación y empaquetamiento, que además de ser muy costosa, es de dudosa salubridad y muy contaminante. Los basureros se convierten en uno de los principales factores contaminantes del medio ambiente, y la gestión de los residuos uno de los principales quebraderos de cabeza de las corporaciones locales.
3. El consumo:
1. La creación de una industria del consumo que depende de la publicidad y que se articula en las grandes superficies comerciales; conlleva los siguientes perjuicios e inconvenientes:

-masificación del consumidor y uniformización de los productos que pierden cualidades alimenticias.
-ruptura de las relaciones entre productor y consumidor que facilita la explotación de los trabajadores y la tierra.
-pérdida de las tradiciones culinarias, sustituida por comida adulterada y de pésima calidad, con malas consecuencias para la salud y la aparición de enfermedades cada vez más frecuentes como la obesidad.
-dependencia del transporte por automóvil privado con gasto de tiempo y energía para los ciudadanos que tiene que desplazarse hasta las grandes superficies.
-el consumidor tiene derecho a que el etiquetado de los productos agroalimentarios refleje una información objetiva, veraz, eficaz y suficiente sobre sus características esenciales y el proceso que han seguido.
Bajo la apariencia de un discurso elaborado sobre la importancia del medio ambiente, la gestión del territorio, la calidad de vida, el desarrollo rural, el cambio climático y las energías renovables, la Comisión Europea no reconoce la catástrofe humana que supone la agricultura industrial bajo el modelo neoliberal y se proponer profundizar en la actual dirección económica, que hace desaparecer el modelo social de agricultura y encarece la alimentación a los consumidores.
Por un modelo agroalimentario sostenible social y ecológicamente.

Defendemos el derecho a la soberanía alimentaria de todos los pueblos, en el marco de una producción sostenible, segura, nutritiva, variada y adaptada ambientalmente y culturalmente. Los países y regiones no pueden renunciar a decidir su propio sistema alimentario y productivo, para favorecer una liberalización de los intercambios que resulta insostenible y condena a regiones enteras a la dependencia de suministros.

Defendemos un modelo agrario que fije población en el medio rural, por medio de producciones sostenibles de materias primas y de la transformación de los alimentos en las propias explotaciones, de forma que el valor añadido de la producción agraria se queden en las economías rurales. Para ello debe establecerse una legislación específica que apoye a la transformación artesanal de los alimentos, e incentivar el uso de los recursos agrarios infrautilizados por el modelo agrario industrial. Dentro de este modelo, las producciones agrarias con mayor uso de mano de obra deben ser prioritarias, y de entre ellas las producciones ecológicas, con un gran potencial para rentabilizar una mayor fuerza de trabajo.

Los modelos agroecológicos de producción, que mejoran el medio ambiente, como la agricultura ecológica, deben ser apoyados firmemente en su comercialización en formación y en investigación. Así como manejos que reducen el consumo de agua y que enriquecen el suelo de materia orgánica, como herramienta imprescindible para mitigar el cambio climático. Dentro de este modelo de agricultura sostenible, la investigación y las subvenciones a modelos insostenibles de agricultura debe ser desmantelados, y los Organismos Modificados Genéticamente deben ser prohibidos. Los cultivos agrarios destinados a combustibles deben ser prohibidos, por su ineficiencia energética y por sustituir la producción de alimentos en un planeta en el que se pasa hambre.
La agricultura y la alimentación son cuestiones que afectan al conjunto de la sociedad, y por ello queremos apoyar la construcción de alianzas entre productores y consumidores, que hoy son los eslabones mas débiles de la cadena agroalimentaria y que a su vez son los más importantes. Esta alianza debe llevar a construir modelo agroalimentarios al servicio de las comunidades locales y en armonía con los ecosistemas.

En estas jornadas pretendemos también recoger otras luchas de la ciudadanía extremeña por la preservación de un medio ambiente sano, que se han manifestado en la oposición a los planes de industrialización contaminante, como la refinería de petróleo en Tierra de Barros, la instalación de centrales térmicas de ciclo combinado en los alrededores de Mérida, los planes de urbanización de la sierra sur y la ribera del Tajo, los supuestos trasvases de los ríos extremeños hacia la cuenca mediterránea, autovías y aeropuertos, la construcción del AVE, la búsqueda de un emplazamiento para un cementerio nuclear en comarcas extremeñas y el mantenimiento de la central nuclear de Almaraz, etc. Así como otras problemáticas políticas y sociales que hoy en día se viven en Extremadura y en toda la Unión Europea, que sin duda están muy relacionadas con el modelo de globalización capitalista que se impulsa desde esta institución.

Llamamiento a la protesta
contra la Europa del Capital y frente a su Política Agraria

Para reflexionar sobre estas cuestiones, convocamos a la ciudadanía extremeña y europea a unas Jornadas OTRA AGRICULTURA, OTRA EXTREMADURA, OTRA EUROPA, a celebrar los dias 29 y 30 de Mayo de 2010, coincidiendo con la reunión de los Ministros de Agricultura de UE en Mérida, con el objetivo de presentar un memorándum de problemas sin resolver a los responsables de las políticas comunitarias en materia de producción agrícola.

HAN PARTICIPADO EN LA ELABORACION DE ESTE DOCUMENTO:
Plataforma Ciudadana Refinería No (PCRN), Baladre, Ecologistas en Acción, Plataforma Rural, Coordinadora Anticapitalista contra la Crisis (CACC), IU-Extremadura, Sodepaz, CNT, COAG-Extremadura, Vámonos pal Jhuerto, Juventudes Comunistas, Colectivo CALA (Alburquerque), Redes cristianas de Extremadura, Centro de Estudios Humanistas, Los Verdes, ADENEX.